Una estrategia de comunicación para el municipio de Tumaco
Una estrategia de
comunicación para el municipio de Tumaco.
Una oportunidad para abrir un proceso de reflexión
sobre los problemas, los medios y la convivencia en el municipio de Tumaco.
Por: Jaime
Rivas Díaz
Comunicador Popular del Pacífico Colombiano.Tumaco, julio de 2012.
Una
oportunidad.
La convocatoria que ha hecho el
alcalde en el sentido de que los comunicadores sociales del municipio se junten
y propongan una estrategia de
comunicación que proponga y desarrolle acciones en pro de mejorar las
condiciones de la población puede entenderse como una oportunidad para que los
profesionales de la comunicación del municipio demuestren cómo desde esta
profesión es posible aportar a la superación de problemas concretos de nuestra
sociedad yendo un paso más allá de lo que tradicionalmente hacemos los
comunicadores en nuestras oficinas o medios de comunicación.
Y en eso no tienen
responsabilidad solo ellos, las academias o escuelas de comunicación donde nos
formamos han caído en el facilismo de formar profesionales de comunicación cada
vez más concentrados en la línea de la producción técnica en desmedro de una
visión crítica de “la Comunicación” y la sociedad, desde la cual el comunicador
no solo sea visto o se vea como un manipulador de medios para “mediar” discursos
o perseguir la fama que da la propia comercialización de la imagen personal
como icono de los medos masivos, sino que sea capaz de investigar y reflexionar
sobre su “hacer” así como sobre los fenómenos sociales y culturales de su
entorno; identificar problemas y necesidades concretos y diseñar y orientar
procesos que contribuyan a resolverlos usando su conocimiento del proceso
humano de la comunicación, aprovechando las posibilidades los diversos medios y
conociendo las complejas dimensiones de los lenguajes actuales, en contacto con
las realidades de las poblaciones locales.
Investigación
La
investigación como proceso de construcción de nuevos conocimientos aporta al
esclarecimiento de los problemas sociales y comunicativos; entonces, es
necesaria una estrategia de investigación que nos lleve a comprender el
entramado social y cultural en el que se mueve la cotidianidad de la población
del municipio, de igual manera, es necesario revisar, teórica y
metodológicamente las propuestas de comunicación que estamos implantando, para
aprender de sus éxitos y de sus fracasos. En nuestro caso, se impone la
obligación de conocer más sobre las transformaciones de los lenguajes
tradicionales en el contexto local, dada la diversidad humana a la que nos
enfrentamos; afro, indígenas, letrados e iletrados, jóvenes y adultos, urbanos
y rurales, niños, mujeres, etc…. ¿Cómo acertar si desconocemos en que lenguajes
le hablamos a la gente en un contexto de guerra donde el silencio, las frases a
media, las señales y los gestos han sido modificados para no delatarse ante los
asesinos, para no dar papaya, para guardarnos frente al “otro” que era nuestro
semejante ayer y que hoy puede ser nuestro asesino?.
Esta
investigación debe abordar qué es Tumaco para la gente negra desplazada en las
zonas periféricas de la ciudad, ¿Se siente haciendo parte de Tumaco?, ¿Está de
paso?, ¿Quiere ayudar a construir un Tumaco mejor o si tuviera el cómo volvería
a su territorio original?... Y a los oriundos de Tumaco: ¿Qué opiniones le
merecen esas personas humildes atestadas en las instituciones exigiendo
servicios porque los obligaron a irse de sus pueblos y los convirtieron en
desplazados?, ¿Hacen parte del Tumaco que los “tumaqueños” desean?... Y qué
decir de los que entran y salen de la ciudad, hacen negocios, se lucran, se
establecen un tiempo y cuando los negocios desmejoran se van…?
Un Tumaco que
nos incluya a todos es una de las
hipótesis de trabajo, pero: ¿Cómo lo imaginamos, cómo lo construimos?, ¿Cómo
hacer que la mayoría de la población construya una representación positiva de
su vivencia en Tumaco, es decir el “Tumaco como Puerto Seguro” que todos anhelamos?
Aquí es posible pensar en la
vinculación de programas de investigación de escuelas de comunicación,
sociología, y/o antropología cercanas a la subregión que desde sus disciplinas
ayuden a la efectividad de la estrategia. Otros actores que podrían aportar
serían líderes y representantes de procesos sociales que han tenido que
enfrentar contextos de violencia como los nuestros y que han sido capaces de
inventar soluciones bajo el estado de guerra, como es el caso de la alcaldesa
de Apartadó, Cinep, entre otras.
La formación de los profesionales
Esta iniciativa también nos
induce a pensar en la oportunidad de mejorar nuestras propias herramientas
conceptuales y metodológicas con que asumimos, generalmente, nuestra labor de
comunicadores; es decir, nuestra participación como investigadores y
diseñadores de una estrategia de comunicación para el municipio, es de entrada
un proceso de formación participativa, en la medida en que los retos del
contexto nos exige nuevas y más afiladas herramientas.
El diseño estratégico y la
implementación de la Estrategia.
Este componente, el principal,
se verá fortalecido con el desarrollo de los componente antes sugeridos, pues
se trata de que la estrategia de comunicación sea un proceso de “dialogo de paz
local” donde los actores involucrados en la guerra, no sólo los armados, sino
también las víctimas y los colaboradores de todos los bandos podamos
“comunicarnos”, expresar nuestras diferencias de manera pacífica para llegar a
acuerdos de convivencia.
Esto implica la convocatoria a
todos los actores sociales a develar sus agendas, sus intereses y aspiraciones,
para encontrar en los espacios de comunicación esos puntos de acuerdos y esos
en desacuerdo dónde habrá que trabajar más duramente para lograr consensos comunitarios.
Se trata de posicionar la
comunicación como arte de construcción de convivencia en contravía a las armas y a la violencia.
Si se quiere “Un Puerto Seguro”
hay que hacer evidente nuestras propias formas de violencia cotidiana para
aspirar su transformación en actos de paz. Y eso solo es posible si aprendemos
a dialogar, a respetar al otro, a ganar la discusión con argumentos y no a la
fuerza o con violencia, a no gritar ni violentar al otro; es necesario
deslegitimar verdades de a puño
convertidas en mandamientos cotidianos como argumentos de acciones violentas,
por ejemplo: “a papaya dada, papaya
partida” para indicar que hay que aprovechar cualquier oportunidad, sea
legal o ilegal; “El que pega primero,
pega dos veces” significando de entrada que hay que responder con violencia
todo acto de violencia; “Aquí todos son
corruptos” para legitimar la propia acción ilegal; “Los muchachos se tienen que dedicar a matar porque no tienen otras
oportunidades”, seudosatisfactores con argumentos falaces sobre la solución
de los problemas económicos; “el que se
mete conmigo se muere, yo te he dicho que si alguien se mete contigo dale duro,
que yo luego me las veo con su papá..” legitimaciones familiares de la
violencia como formas de resolver los problemas de convivencia comunitarios, entre
otras.
Una estrategia como la que
aspiramos requiere la construcción de un imaginario de paz que acerque a la
mayoría de la población en un propósito común. Eso solo es posible si podemos
romper con los imaginarios y lenguajes de la guerra y la violencia. La
comunicación como estrategia de construcción social puede ser una alternativa
en este propósito, pero hay que construir unas condiciones mínimas que nos
permitan hacerlo. Ese es el reto.
Jrd.2012
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