Sobre el tener

Sobre el tener

Por: Jaime Rivas Díaz.

Algunas personas dicen y están muy orgullosas de tener muchas cosas, uno les escucha decir: yo tengo mi esposa, mis hijos, mi casa, mi perro, mi carro, mi finca, mis amigos y mis familiares, tengo mi cuenta de ahorros en el banco y muchos sueños para el futuro.

Y si nos detenemos a observar que significa todo esto uno pensaría que según las respuestas de esta persona su vida es solo tener.

Y es que la forma como lo decimos, como lo expresamos, dice mucho de cómo lo pensamos, lo creemos y lo vivimos.

Por ejemplo, si digo que tengo mi esposa, mis hijos, mi carro y mi perro, estamos diciendo que la esposa, los hijos, el carro y el perro entran en la misma categoría: tenencias, propiedades, algo que se puede comprar y vender.

Cuando digo tener o poseer algo se entiende que eso es mi propiedad. Entonces mi esposa, mis hijos, mi carro y perro son mi propiedad.

Pensaría que en algunos casos las cosas pueden ser así y da cierta tristeza pensar que una esposa es propiedad de un esposo así como los hijos, el carro y el perro.

Bueno y no vamos muy lejos, en una ocasión tuve la infortuna de estar en una conferencia en la que el conferencista preguntó de quién es el cuerpo de la mujer y hasta las mujeres contestaron: del hombre. No podía creerlo, pero así fue.

Y uno entiende, entonces, los innumerables casos de feminicidios y maltratos a las mujeres porque su cuerpo es de propiedad del hombre y él lo maltrata cuando le parece necesario.

Si por lo menos se dijera, yo soy esposo o compañero de esta mujer, soy el padre de estos dos niños, sí, tengo un carro y estoy criando un perro, la cosa cambiaría, sonaría más democrática, equitativa, respetuosa y amorosa.

Pero la sociedad capitalista impone el valor del tener y tener de todo y a toda costa, y en la medida en que el que tiene más es mejor, tener es el más importante valor de la vida humana.

¿Pero realmente podemos tener algo? ¿Uno tiene el amor de su pareja o participa del amor que ambos construimos? ¿Uno tiene hijos o los hijos son de la vida, del mundo, seres a los que acompañamos en su experiencia vital, en su crecimiento y desarrollo pero no podemos endosarlos ni prestarlos y menos venderlos como una mercancía? Incluso, deberíamos preguntarnos si la moto o el auto que conducimos es nuestra tenencia o somos tenencia de ellos. Hay casos en que nos acostumbramos tantos a estos que los que nos tienen son ellos.

Cuando el Tener se nos vuelve la vida podemos llenar la casa de cosas: mi esposa, mis hijos, mi caro, mi perro, pero esas “cosas” ocupan el espacio en que debería estar el dialogo, la sonrisa, los abrazos, el amor, la familia, la ternura, la felicidad.

Jrd.2018, Pacífico colombiano.

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