EL CASO DEL ALCALDE RIVERA. ALGUNAS ENSEÑANZAS PARA SUPERAR LA POLITIQUERIA EN TUMACO.
EL
CASO DEL ALCALDE RIVERA. ALGUNAS ENSEÑANZAS PARA SUPERAR LA POLITIQUERIA EN
TUMACO.
Por : Jaime Rivas D.
En la versión virtual del periódico El Colombiano se publicó la
noticia: “El alcalde del municipio de Tumaco (Nariño), Julio César Rivera
Cortés, fue capturado por agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones de la
Fiscalía General en Bogotá, por los presuntos delitos de peculado por
apropiación, contratos sin requisitos legales y falsedad en documento público.
(…) El fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, aseguró que la
detención del actual alcalde de Tumaco se registró luego de que se evidenciara
que siendo secretario de planeación en el año 2014 contrató una fundación para
construir 327 viviendas”.[1]
Según la Fiscalía, la fundación contratista no existe, las casitas
que se suponía que iban a construir tampoco y lo que es peor, la plática se
perdió.
Recuérdese que nuestro alcalde ya estuvo suspendido por líos con
la gerente del Centro Hospital Divino Niño.
Algunos amigos del alcalde detenido han dicho que Rivera no se
quedó con esa plata, que esos recursos fueron destinados a la financiación de la
candidatura de Neftali Corea Díaz y que Julio Rivera solo siguió órdenes de su
jefe político. Craso error.
Las investigaciones de la Fiscalía podrán definir lo que pasó: a
dónde fue la plata, quién es culpable y quien no, quiénes deben ir a la cárcel
y quienes no… dejemos que el proceso se vaya por el camino que debe y que
tengamos una versión “oficial” del asunto pronto.
Sin embargo, creo necesario que en Tumaco como en los otros municipios
de la región es necesario asumir la discusión sobre el destino que la
politiquería le viene construyendo a la población.
Es claro que lo que pasó en el caso de la plata destinada a la
construcción de unas viviendas para familias afectadas por la inundación producida
por el Río Mira en Imbilí y que terminó en otro destino, beneficiando a otras
personas, expresa el tipo de prácticas ilegales y corruptas que se acostumbra en
los gobiernos locales en la región y en el país.
La corrupción política o la politiquería, la política convertida
en una acción individualizada de intercambio comercial de votos por dinero y
apropiación de los recursos públicos por carteles familiares (Betismo, por
ejemplo) o grupales, que secuestran el poder del estado para usar el erario
(plata del presupuesto nacional) de la nación como su propio capital es de lo
peor que le puede pasar a una sociedad.
Tumaco es un ejemplo de esto. Tumaco, como la mayoría de los
municipios colombianos, tiene sus carteles políticos ya sean familiares o grupales
de donde salen concejales, alcaldes y representantes a la cámara que en vez de
proponer soluciones para las poblaciones se roban las platas de los presupuestos
y empobrecen a sus votantes.
El caso de Rivera es emblemático de lo que ocurre en la política
cuando esta se vuelve politiquería, es decir la política como un negocio particular
que favorece a algunos y no como lo debería ser: un ejercicio orientado a
construir el bien para todos; el máximo bien, como lo pensaban los antiguos griegos.
En este caso se afectó el proceso de creación de bienestar para una
población por favorecer otros intereses. Esos es lo que hace la politiquería:
robarse el bienestar de la comunidad.
El caso demuestra también como las decisiones politiqueras de
alcaldes y otros políticos empobrecen a las comunidades: con el desvío de esos
recursos se le impuso a la población un mayor esfuerzo para superar el nivel de
pobreza en que la inundación la dejó.
En el caso de Rivera hay quienes defienden su buena voluntad al
firmar los contratos que lo tienen embolatado; lo que sus defensores desconocen
es que en la administración pública los funcionarios pecan por acción o por omisión. Y aquí el firmó el contrato.
Y esta es una consecuencia más de la politiquería: a la
politiquería no le interesa funcionarios profesionales de calidad y
transparentes, ya que su ética de servicio se contrapone con la ética de bandidos
de sus jefes. De ahí la calidad de las obras y servicios públicos: calles que
hay que arreglar cada seis meses, obras en la que no alcanza el presupuesto para
terminarlas u otras que terminadas no sirven para lo que se las construyó,
entre otros ejemplos. La improvisación, la perdida de recursos, ineficiencia, ineficacia
y la baja calidad son la presentación de las obras y servicios contratados por
la politiquería.
En este caso, a los tumaqueños nos corresponde no dejar pasar
estas situaciones sin darles el significado que tienen. Nos ha pasado ya que
las imágenes que hemos tenido de algunos de nuestros líderes se han quebrado
por sus acciones y descubierto de repente que nos mintieron, que sus promesas
fueron solo para ganar las elecciones y llegar al poder.
Ahora nos reclama el deber político de decidir a todos hacia dónde
dirigir el destino de nuestro distrito. Mirando hacia atrás parece que el
liderato político local no da la talla: investigados e impedidos unos, quemados
la mayoría, buscan alternativas de rencauche de alguna manera, como comités
salvadores y otros embelecos publicitarios. Corresponde a los tumaqueños juzgar
con inteligencia, (no tanto con la barriga, porque ninguno de los anteriores
realmente nos ha calmado el hambre)
Recordemos que la politiquería le ha cerrado la puerta a la
mayoría de la población y esa mayoría podría ponerse en pie para forzar un
cambio, y lograr que los viejos y corruptos
líderes locales se quiten del camino y dejen que una nueva generación de líderes,
mejor formados, comprometidos con el bienestar de la población y con valores éticos
y morales en su acción política y administrativa, conduzca de mejor manera el
destino de los tumaqueños.
Para las próximas elecciones hay que reinventar la política
local: más ideas que plata, más propuestas que cargos, más conocimiento que
mentiras…un ejercicio de construir colectivamente el horizonte de la Tumaco que
todos queremos, no la que nos quieren dejar la corrupción y la politiquería, el
gamonalismo y el clientelismo.
JRD.
Pacifico colombiano. 04/01/2019
[1] El
Espacio, COLPRENSA |
PUBLICADO EL 20 DE DICIEMBRE DE 2018 – El Colombiano. http://www.elcolombiano.com/colombia/capturan-al-alcalde-de-tumaco-DK9905041
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